“Elegía a la resistencia”
Cuando la directora operativa (COO) de Facebook subió a la tribuna de la universidad de Berkeley para pronunciar su discurso de fin de curso, los 25,000 asistentes -graduados, familias y amigos- no podían imaginar que Sharyl Sandberg, una de las mujeres más sobresalientes de la nomenclatura empresarial americana, dedicaría su intervención a hablarles de la muerte de su marido.
Como si se tratara de una “danza ritual entre juventud y saber”, el cierre del curso en las universidades americanas es ocasión propicia para que figuras prominentes de la economía, la política, el cine o el deporte, discurseen en los campus sobre temas de actualidad.
Las estrellas de este año -Michelle Obama, Steven Spielberg, Paul Ryan o Samantha Power- hanabordado en sus discursos las preocupaciones de los tiempos en que vivimos y, muy visiblemente, la resistencia, el fracaso, la superación de la adversidad yla asunción de riesgos; todo ello, con el telón de fondo de la incertidumbre, que va desde la agria e impredecible elección presidencial americana a la niebla del paro y el terrorismo, pasando por el "invierno demográfico" que zarandea el futuro de las pensiones.
Pero la ejecutiva de Facebook recordó la súbita muerte -tras una arritmia cardiaca- de su marido, un empresario dedicado a los sondeos online, en el transcurso de un viaje a México, con ocasión del cincuenta aniversario de unos amigos. Y lo hizo sin que la inconsolable tristeza y la brutalidad de la pérdida le impidieran traslucir una humildad inesperada.
No desaprovechó la tribuna para hablar de la marca indeleble que deja la tragedia y de lo que se debe hacer para superar la adversidad. Para Sandberg, los días duros que nos restan en la vida son los que determinan quiénes somos, porque lo que nos define no es lo que hemos conseguido sino cómo hemos sobrevivido, superando las desgracias.
Este insólito y emocionado desnudo lo justificó por la ocasión que se le presentaba de compartir, con quienes estaban viviendo momentos de alegría, lecciones sobre la esperanza, la fortaleza y la luz interior que no se extingue, que ella aprendió con la muerte de su partner.
La viuda, que ha conocido el éxito y el fracaso, supo transmitir cómo, en medio de la desesperación, fue capaz de volverse a agarrar a la vida. "Espero que viváis la vuestra -cada precioso día de ella- con alegría y sentido, que caminéis sin dolor y apreciéis cada paso y que cuando lleguen los problemas recordéis cuán profunda es, dentro de vosotros, la capacidad de aprender y crecer". Para rematar su testimonio: “No habéis nacido con una cantidad fija de resistencia. Es un músculo. Podéis desarrollarlo y usarlo cuando lo necesitéis y, en ese proceso, profundizando en quiénessois realmente, llegaréis a ser la mejor versión de vosotros mismos".
Esta judía ejerciente, convirtió su discurso de graduación en la Universidad de Berkeley -que tantos premios Nobel, astronautas, congresistas y medallistas de oro en las Olimpiadas ha dado- en un acto de vibrante sinceridad, tendiendo al sol del campus la resistencia y el fracaso como objetos de atención social creciente, casi de exaltación, por lo que tienen de sublimación del sufrimiento que permite superar la adversidad y seguir pedaleando.
Y tras recordar a Martin Seligman, psicólogo americano, que lleva décadas estudiando cómo se las arregla la gente para hacer frente a los contratiempos, concluía tres reacciones emocionales que debemos evitar: “no todo lo que nos pasa es por culpa nuestra, por lo que hay que ver la parte que afecta a los otros”(personalización); un suceso no afectará a todas las áreas de la vida de uno -todo es horrible-(omnipresencia); el dolor no durará siempre, lo que equivale a aceptar nuestros sentimientos reconociendo que el tiempo es un buen aliado (permanencia)”.
La primera mujer en el consejo de Facebook coronó su discurso recordando a su amigo, el psicólogo Adam Grant, quien le sugirió que las cosas podían haber sido mucho peor.
- “¿Peor? Me estás tomando el pelo”.
- “Sí, tu marido podía haber sufrido la misma arritmia cardiaca mientras iba a llevar a tus hijos al colegio”.
Y trasladó su huella de emoción al auditorio: “La abrumadora gratitud porque el resto de la familia estuviera viva y sana me ayudó a superar el dolor, porque el agradecimiento y el aprecio son claves para resistir. La gente que se detiene para tomar nota de las cosas por las que está agradecida es más feliz y goza de mejor salud. Dar las gracias contribuye a aumentar la felicidad”
Y siempre aparece la paradoja. En la celebración del éxito que supone la graduación, esta mujer, con su sufrimiento y capacidad de superación, supo conmover a los que la escuchaban e impartirles la clase más importante de toda su carrera.
Cuando el terrorismo no ceja y se extiende la sensación de que en cualquier momento podemos perder a la persona más querida por un acto insospechado, el tiempo es de contención y resistencia. Como la de Sheryl Sandberg en el campus de Berkeley relatando a los jóvenes graduados emociones y remedios para superar la adversidad, combatir el fracaso y gestionar los contratiempos.
La Marina americana ha querido premiarla,eligiéndola madrina de uno de sus más recientes submarinos, el USS Massachusetts.
Luis Sánchez-Merlo
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