martes, 16 de febrero de 2010
TVE:¿TELEVISIÓN PÚBLICA O NEGOCIO PRIVADO?
El proceso para que TVE se convierta en un servicio público sin publicidad se esta poniendo en duda, cuando aparecen diversas noticias preocupantes con respecto de lo que actualmente sucede realmente en el Ente Público. Entre otras cosas me refiero al proceso de jubilaciones anticipadas a personal con edades superiores de 50 años con el consiguiente coste para las arcas públicas y el agravio comparativo con la propuesta del Gobierno para retrasar a 67 años la edad de la jubilación para el resto de españoles.
Dentro del Ente Público se comenta la generalización de contratación de producción externa de programas y servicios, que empezó por el mensaje del Rey por Navidad o series y programas adquiridos a productoras de las cuales Media Pro (la Sexta) es una de las principales beneficiarias, mientras los equipos propios están sin utilizar y los empleados con larga experiencia y capacitación están por los pasillos sin que se les otorgue una misión concreta. Por todo ello actualmente los sindicatos mayoritarios han convocado concentraciones y posibles huelgas en contra esta política que no se sabe a donde quiere conducir.
A todo esto hay que añadir la filtración de una inquietante auditoría de la Intervención General del Estado sobre Radio Televisión Española del ejercicio 2008. que pone de manifiesto un sinfín de irregularidades que ha llevado a que algunos técnicos la califiquen como “una auditoría de infarto”. Sus aspectos más llamativos hacen referencia a la gestión comercial del anterior equipo dirigido por Ángel de Vicente, quien llegó al Ente público de la mano de su anterior presidente, Luis Fernández. En ella se revela que la televisión sufragada por todos los españoles pagó por películas un precio superior al de su recaudación en taquilla. También se ha desvelado que se permitió la emisión de publicidad encubierta en la serie Cuéntame. Ante tantas y tan graves acusaciones, varios miembros del Consejo se plantean acudir al Tribunal de Cuentas porque se niegan a que su firma refrende estas irregularidades.
Los informes muestran que los contratos no pasaban por el Registro de la Corporación y, en otras ocasiones, los firmaba directamente Luis Fernández, anterior presidente, antes de que se presentaran al Consejo de Administración. Hasta la fecha, el Consejo de Administración desconoce en qué consistía su contrato, la duración y la cuantía del mismo. Incluso la ubicación de su oficina. A la luz de la auditoría se deduce que Pedro Pablo Mansilla, director de esta oficina, actuaba cual Juan Palomo: él mismo decidía qué necesidades había, a quien había que contratar, la cuantía... Hasta la fecha, el Consejo de Administración desconoce en qué consistía su contrato, la duración y la cuantía del mismo. Incluso la ubicación de su oficina.
Ciertamente estamos ante un gravisimo escándalo sobre el manejo de los fondos públicos a lo que el Gobierno por boca de la vicepresidenta Fernández de la Vega, está haciendo los oidos sordos de momento.... Pero este escándalo acabará estallando pronto en toda su extensión, dejando al descubierto a una serie de personajes que han convertido a TVE en su negocio privado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Es una aberración más de este Gobierno patético que tenemos.
Saludos y enhorabuena por tú blog.
Gracias David....Totalmente de acuerdo...
Y sin vosotros este blog no tendría sentido.
Un abrazo.
Patri.
Patricia: me pides mi opinión, pero se me hace difícil opinar sobre ese tema , en primer lugar porque apenas veo televisión (salvo a veces cuando ceno veo algún telediario), y en casa la televisión tan sólo la tengo para ver películas de DVD como entretenimiento. Por tanto desconozco totalmente lo que emiten, y cómo las llevan las gentes, sean profesionales o políticos, o simples oportunistas de negocios.
No obstante te diré que pienso que hasta ahora ha sido un medio muy importante para favorecer al gobierno de turno, aunque creo en los nuevos tiempos empieza a ser eclipsado por internet.
El vicepresidente de Felipe González, Alfonso Guerra, que además en sus tiempos era quien indirectamente controlaba la televisión pública, dijo que iba a hacer de ella “el escaparate del cambio”. De alguna manera, naturalmente los gobiernos de turno usan la televisión pública para hacerse la publicidad favorable. Igual casi todos los partidos políticos tienen algo parecido a un departamento de “prensa y propaganda”, cuya misión es divulgar sus pretensiones y hacer buena publicidad de ellos mismos. Vamos, que detrás de todo esto está el espíritu del nazi alemán Goebbels: toda la propaganda a favor de sus intereses partidistas o gubernamentales.
Me acuerdo de que Adolfo Suárez antes de que fuera ministro y posteriormente presidente, manejó aquella televisión, de la que luego se aprovecharía para ganar las elecciones generales, con aquel mensaje televisado (aquello lo llamaron el “voto del miedo”) sobre la “terrible horda roja” que caería sobre el país si ganaban los socialistas, o aprovechándose de su amigo Sancho Gracia, que entonces interpretaba al bandolero Curro Jiménez (un personaje de la televisión muy popular y conocido en aquellos tiempos) para pedir el voto para él y el entonces gubernamental partido UCD. También recuerdo que el presidente González puso al frente de la televisión a la directora de cine Pilar Miró, a la que en la etapa final de su enfermedad, el presidente le daba las mismas zanahorias que él mismo cultivaba en un huerto que había improvisado en uno de los jardines de La Moncloa para liberarse del stress (me refiero a la difunta madre del Gonzalo Miró aquel que fue novio de la única hija de la Duquesa de Alba), y hasta de la guapa y jovencísima Mónica Ridruejo, que fue la mandamás de la televisión pública española, de la mano de Aznar. Pero en todo caso, todos se aprovecharon del medio televisivo, y a través de él los personajes ahí enchufados por obra y gracia del gobierno de turno, todos hicieron sus negocios con la gran casa de Prado del Rey, de tal modo que el déficit de RTVE siempre se ha ido constantemente disparando y tapando todos los agujero con fondos públicos, con un despilfarro cada vez mayor, año tras año. Es decir, no es tan sólo un problema del PSOE actual, sino que también lo fue con el PP, la UCD, y cuando era la televisión de Franco (controlada entonces por el ministro de Información y Turismo, Sr. Manuel Fraga)……(CONTINÚA COMENTARIO DE ABAJO)…………
……….(ENLAZADO CON EL COMENTARIO DE ARRIBA)………¿Un servicio público sin publicidad?. Hubiera sido interesante hace 30 años, pero creo que ahora ya es tarde para eso. Entre tantos canales digitales, los privados, la parabólica, etc... la televisión inevitablemente se está sometiendo a los caprichos de la ley de la oferta y demanda: sólo se mira lo que gusta y la calidad: por ejemplo, chicas guapas anunciando el tiempo, o presentando programas cotillas, que me mueven con cierta pizca de seducción. Y lo que aburre, por ejemplo, los programas culturales, se descartan. Por otra parte le ha salido un par de rivales: los videos DVD, y el internet. De modo que hoy por hoy, mantener una televisión pública, es mantener un medio que pierde dinero, llevando ya muchísimos años que cierran los ejercicios con gravísimo déficit. Pero como el monstruo está ahí, creado y crecido, los cuatro listos de turno se aprovechan de lo que hay para hacer negocio y lucrarse a su costa en sus tejemanejes, que para ello ya se cuenta con el inagotable dinero de los contribuyentes a través del gobierno. Es la picaresca en la mayor de sus formas: por ejemplo, contratando producciones muy por encima de su costo real, que de ahí salen las comisiones que van a parar a manos de ciertos interesados. Como bien tú dices, eso se ha convertido en un negocio privado, que seguramente es extensible al resto de todas aquellas empresas públicas que de la mano del gobierno de turno tapa todos sus defectos, carencias o abusos financieros a cuenta de los impuestos de los contribuyentes. Y pienso, además, que hoy por hoy no tiene sentido disponer de televisiones públicas (salvo que no sea para procurar por los intereses de los gobiernos que las sostienen). Sólo deben de haber televisiones privadas, costeadas por los beneficios que sacan con la publicidad, y sometidas a las leyes de la oferta y la demanda, en la que sobreviven los que dan buena programación y tiene muchísimos seguidores televidentes, y se arruinan y cierran las televisiones que terminan careciendo de audiencias. Inevitablemente así es la natural ley de libre mercado.
Lo que expones de las jubilaciones anticipadas a currantes del gremio público televisivo, a costa del resto de los contribuyentes que ahora se les exigen que se jubilen a los 67 años, es otra tomadura del pelo que nos demuestra que los españoles no somos todos iguales ante la ley, y que unos por haber sido simples empleados públicos tienen más privilegios que otros, amparados por el gobierno de turno. Pero mientras las cosas sigan así, inevitablemente la corrupción persistirá. Pienso que a cuanto más Estado, a cuantas más leyes, a cuantos más impuestos,....mayor corrupción, y por consiguiente mayor picaresca para que unos cuantos listos bien colocados aprovechen para hacer sus negocios particulares a costa del dinero del erario público (es decir, a costa de los impuestos que no se escapan de pagar los ciudadanos).
Un saludo, Patricia.
Publicar un comentario