La federación del Baix Llobregat, la más poderosa del PSC, exhibió músculo con vistas al congreso de diciembre y organizó un acto masivo pese a la crisis del partido
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Es cierto, como gusta recordar a algunos de sus dirigentes, que la federación barcelonesa del PSC es la que tiene más afiliados y, por tanto, la que acostumbra a contar con más delegados en los congresos. Tampoco es menor el peso de las tres federaciones del Vallès, encabezadas por los alcaldes Manuel Bustos (Sabadell), Pere Navarro (Terrassa) y Josep Mayoral (Granollers). Pero nadie moviliza tantos efectivos ni cuenta con unas bases tan disciplinadas como la del Baix Llobregat. Lo que la convierte, de facto, en la más poderosa del partido.
Año tras año, la Festa de la Rosa sirve a la federación que ahora lidera el alcalde de Cornellà, Antonio Balmón, para exhibir músculo. Y ayer, a tres meses de un congreso en el que todos los sectores pondrán a prueba sus fuerzas, se evidenció que, pese al delicado momento que vive el PSC tras sus dos derrotas electorales consecutivas, el Baix resiste.
Es posible que en la Pineda de Gavà hubieran menos incondicionales de los que anunció la organización, pero será difícil que el PSC logré congregar a un número igual de asistentes a un mitin hasta el 20-N.
El mal presagio de Almunia
Ni siquiera la amenaza de lluvia –un mal presagio porque hubiera recordado el acto aguado de Joaquín Almunia en el 2000, antes de cosechar el peor resultado del PSOE en unas generales– frenó la asistencia masiva de metropolitanos ávidos de paella y carne a la brasa.
Rubalcaba tuvo más fortuna que Almunia, y justo empezó a llover cuando acabó su discurso. Lo único que le incordió fue el ruido del paso constante de aviones a poca altura, por la proximidad del aeropuerto de El Prat. Con su habitual ironía, el candidato arrimó el ascua a su sardina y en el turno de agradecimientos a la organización incluyó a las aerononaves, como si formasen parte de la escenografía.
No se equivocó mucho. Esos aviones, que castigan cada día a los habitantes de Gavà Mar, han sido motivo de polémica esta legislatura y los alcaldes socialistas de la zona llevaron incluso al Congreso su reivindicación ante el Gobierno central para solucionar el problema. Donde las dan, las toman.
E-PERIÓDICO.
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